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¿Cabe la Mediación en mi caso?

29 de abril de 2021
28/04/2021

LA MEDIACIÓN ES POSIBLE APLICARLA A CUALQUIER CONFLICTO ENTRE PARTES. SON MUCHOS LOS ÁMBITOS EN LOS CUALES LA MEDIACIÓN ES ÚTIL Y A VECES HASTA NECESARIA

Hace unos días me hicieron exactamente esta pregunta: Sin entrar mucho en detalles, diré que se trataba de un asunto de conflicto de salida de un socio de la empresa, donde el desacuerdo en la valoración de su participación estaba poniendo en riesgo la continuidad de la sociedad. A simple vista, parece claro que este asunto no es que sea susceptible de resolverse por la vía de la mediación, sino que es, posiblemente, la mejor opción.

La mediación es posible aplicarla a cualquier conflicto entre partes. Son muchos los ámbitos en los cuales la mediación es útil y a veces hasta necesaria, como por ejemplo los asuntos laborales, de convivencia comunitaria, temas ambientales, civiles, contractuales, comerciales, familiares, societarios, sanitario,… Habitualmente cuando tenemos un conflicto acudimos a los Tribunales confiando que vamos a obtener la mejor solución. Sin embargo, no siempre es esta es la vía más adecuada o satisfactoria para la gestión y solución del mismo.

NO TODAS LAS DISCUSIONES SON SINÓNIMO DE CONFLICTO

Pequeñas disputas en torno a problemas que son, generalmente, banales (por ejemplo, si el aire acondicionado está demasiado fuerte), lo normal es que el problema pueda solucionarse pronto. Hablamos de problemas mucho más profundos que no desaparecen sin más. que no son una simple desavenencia sino un desacuerdo real que se ha intentado solucionar, pero no somos capaces de resolver por sí mismos. La mediación conviene tanto cuando el conflicto está latente para prevenir y evitar que escale, como si ya es manifiesto, donde están identificadas las partes y el problema. Cuando en la familia, el trabajo, las relaciones comerciales, las discusiones no llevan a una solución, no hay que esperar a hacerse daño y faltarse al respeto, es mucho mejor buscar ayuda que buscar culpables y discutir una y otra vez. Si se acude a mediación a tiempo, se pueden prevenir muchos disgustos.

¿QUÉ SE NECESITA PARA ACUDIR A MEDIACIÓN?

En el caso que comentaba, los socios cumplían el pre-requisito de siendo las personas involucradas en el conflicto y afectadas por él, estaban dispuestas a asumirlo como tal y a usar la palabra como medio, como herramienta para abordarlo, procesarlo, decantarlo, asimilarlo. Había una sincera voluntad de buscar una solución. Cuando una de las partes no participa plenamente, o no tiene una intención clara de colaborar, la mediación puede estancarse.

Es necesario por tanto contar con la propia voluntad de las partes de solucionar su conflicto (con la ayuda del mediador). Siguiendo con el caso, se necesita voluntad para iniciar el procedimiento de mediación, pero también para mantenerlo para lograr concluir el acuerdo. La voluntariedad que supone acudir a mediación aporta la necesaria actitud que se precisa de las partes, para que fluya con éxito la mediación. Si este principio no se cumple y el interés por resolver el conflicto no nace de las partes, no será posible avanzar en el proceso.

Es conveniente, que antes de acudir a mediación las partes tengan claro los temas que quieren resolver, así como la información que pueden aportar sobre ellos y las opciones que plantean. En el caso comentado, los distintos socios, sabían que es lo que querían y donde se encontraba el desacuerdo. Desgraciadamente no siempre es así. En la mayoría de las ocasiones nuestra misión como mediadores es ayudar a comprender por qué y cómo se ha llegado a la situación de conflicto. Las personas atrapadas en un conflicto tienden a saber lo que no quieren, y si se les pregunta, les resulta difícil expresar lo que sí quieren. Una vez establecidos estos previos, es primordial recordar que todo es negociable y que cualquier idea puede ser buena a la hora de intentar resolver un conflicto. Mantener una perspectiva win-win y una actitud proactiva y colaborativa ayudará a encontrar una solución rápida y satisfactoria para todas las partes implicadas.

“EL ÁRBOL RÍGIDO ES EL QUE ANTES CAE”

Un aspecto fundamental de la mediación es la flexibilidad. Es necesario que concibamos y aceptemos la idea de que las partes deben encontrar el acuerdo beneficioso, para lo cual vamos a tener que ceder en algunas cosas, al igual que también deberá hacerlo la otra parte. Afortunadamente los socios de los que hemos hablado, superada la primera fase en que siempre hay cierta tensión, adoptaron una postura razonable y abierta a tener en cuenta que existen otras posturas igual de válidas que la propia, así como la posibilidad de modificar la propia postura o añadir aspectos o elementos provenientes de las otras partes. Con flexibilidad la mediación facilita la conciliación de los diversos objetivos e intereses de las contrapartes, lo que nos permite utilizar diferentes alternativas para negociar, buscando soluciones a los problemas, que beneficien a todas las partes.

A la pregunta inicial de “si cabe la mediación en mi caso”, podemos concluir, que como hemos visto, en casi todos los conflictos la mediación puede ayudar a encontrar la salida a la disputa, que la actitud de las partes es fundamental para el buen desarrollo del proceso, y que la intervención del mediador profesional posibilita la generación de opciones que permitan una solución acordada de forma rápida y eficaz, evitando tener que acudir a la vía judicial.

Jorge Miralles Andress
Mediador Corporativo / Economista
Secretario IMAMM


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Estamos acostumbrados en las negociaciones empresariales tradicionales, que una mayoría de los negociadores, temerosos de resultar perjudicados si revelan demasiada información, mantienen sus hechos y preferencias en secreto. Por otro lado, las teorías modernas de la negociación “win-win”, sobre las que se basa la mediación, aconseja cooperar siempre que sea posible, ya que solo revelando información se puede llegar a conseguir un resultado de máximo valor. En esta disyuntiva de cuándo y cuanta información revelar, posiblemente los negociadores se detengan a considerar los posibles beneficios y costes de revelar la: Información sobre hechos, bienes y servicios pasados. Información que puede estar sujeta a diferentes interpretaciones, pro ser simples opiniones, incluso estudios fundados, como el valor de una empresa, predicciones como las ventas futuras de un nuevo producto, la previsión del resultado de una futura decisión judicial, etc. Información sobre las necesidades, intereses, metas, objetivos, deseos, resultados finales y precios de reserva de los propios negociadores. Pero antes o después tiene que ponerse encima de la mesa la información necesaria para resolver la disputa que pueda o deba dar lugar a un acuerdo sólido, para cual, nos encontramos con una condición necesaria: que se haya establecido un clima de confianza adecuado para la negociación. El proceso no está libre de sus dificultades. A lo largo de la mediación, puede haber negociadores que se sientan engañados sin razón, o simplemente que una visión distinta de los hechos lleve a la falsa conclusión de que la confianza se ha roto irreparablemente. Desde mi punto de vista, no es nuestra labor como mediadores profesionales, juzgar las estrategias de cada negociador, pero si es contribuir a establecer y mantener en primer lugar el marco de confianza necesario para que fluya y se mantenga la comunicación, y en segundo lugar promover que cuanto antes aparezcan los auténticos intereses y necesidades subyacentes del conflicto, condición necesaria para llegar a una mejor y más rápida solución. Jorge Miralles Andress jorge.miralles@acordemos.es
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